La Barcelona de la medicina y la farmacia 2044
Barcelona se ha consolidado en los últimos años como un referente internacional en investigación científica, asistencia hospitalaria e innovación, impulsada por una combinación única de talento, investigación de vanguardia y un compromiso inquebrantable con la mejora de la atención médica. Con cinco grandes hospitales de primer nivel en la ciudad y otros siete en su Área Metropolitana, Barcelona cuenta también con destacadas infraestructuras científicas, centros tecnológicos y parques científicos, creando así un ecosistema robusto que la posiciona como un competidor fuerte a nivel internacional, nutrido no solo por inversores locales especializados, como Asabys, Ysios Capital, Caixa Capital Risc, Inveready o Alta Partners, sino también por una creciente inversión extranjera que está apostando por empresas y start-ups de Barcelona.
Barcelona en cifras
Con más de 1.000 empresas y 89 entidades dedicadas a la investigación, Barcelona se ha convertido en un centro neurálgico en el sector de las ciencias de la vida y la salud. Los indicadores económicos respaldan este crecimiento, con un incremento del 3% durante el año 2021 tanto en ocupación como facturación, alcanzando 39.389 millones de euros de facturación anual (que representa el 8,7% del PIB catalán) y empleando a más de 247.000 personas. En este sentido, la inversión extranjera ha sido fundamental, con 689 millones de euros entre 2018-2022, de los cuales 445 millones de euros se obtuvieron en el año 2022, promovida por el primer megaround de medtech en Barcelona, con la inversión en Impress por un importe de 122 millones de euros.
Asimismo, Barcelona se erige como un referente en el ámbito de la salud digital, con 267 empresas en el sector, facturando 440 millones de euros y empleando a más de 3.000 personas.
Por último, no hay que olvidar que la región catalana es cuna y sede de gigantes del sector farmacéutico como Almirall, Esteve, Ferrer, Grífols, Reig Jofré o Uriach, y ha atraído la presencia de otros líderes mundiales del sector como Bayer, Boehringer Ingelheim, Novartis, Roche o Sanofi. En este sentido, Barcelona no solo debe considerar su papel como receptor de inversiones, sino también como gestor activo de condiciones que favorezcan la permanencia y el florecimiento de estas empresas. Solo a través de un enfoque integral y una gestión proactiva, la ciudad podrá consolidar su posición como un destino empresarial de primer nivel, manteniendo y fortaleciendo la confianza depositada por empresas líderes como Grifols.
Consolidar Barcelona como un hub biomédico global
En los últimos años, Barcelona ha trabajado arduamente para consolidarse como un hub biomédico fiable y de prestigio a nivel internacional, tomando como inspiración ciudades líderes como Boston, y reconociendo la importancia de generar sinergias entre todos los actores involucrados en el sector. De esta forma, Barcelona busca superar la compartimentalización tradicional entre institutos de investigación, hospitales y empresas privadas y, en su lugar, fomentar la colaboración interna, atrayendo densidad a la ciudad para constituir un hub potente, proyectándose así internacionalmente como un fuerte competidor al nivel de ciudades como Tel Aviv, Copenhague o Londres.
Retos en la colaboración público-privada
Constituyendo la colaboración público-privada una piedra angular para el avance en el sector, Barcelona necesita continuar desarrollando los siguientes aspectos:
- Incrementar la comunicación entre los investigadores y las empresas privadas en la fase más incipiente de la investigación (por ejemplo, a través de programas de mentoring), de modo que los investigadores tengan la posibilidad de validar la viabilidad económica de sus productos y asegurarse de que existe una necesidad en el mercado y un potencial rendimiento económico antes de continuar en el desarrollo de un nuevo fármaco o técnica diagnóstica o terapéutica.
- Teniendo en cuenta que la tendencia actual del mercado es que las empresas farmacéuticas inviertan en productos que ya presentan resultados positivos en la fase 2, es perentorio incrementar la disponibilidad de la inversión en las fases iniciales de las start-ups y spin-offs para facilitar que los fármacos o técnicas puedan llegar a alcanzar, al menos, la fase 1 en su desarrollo. Esto podría articularse no solamente a través de becas o inyección de fondos, sino también incentivando otras figuras de financiación privada como la filantropía.
- Promover la cesión de espacios e infraestructuras no solamente de titularidad pública sino también de titularidad privada, permitiendo a investigadores y start-ups el acceso a laboratorios, hospitales y otros espacios físicos, así como a tecnologías no protegidas por propiedad industrial, convirtiéndose en parte de la actividad económica de los agentes privados y generando un beneficio mutuo.
- Flexibilizar la regulación en materia de protección de datos para fomentar la anonimización y seudonimización de datos clínicos y así permitir el desarrollo de ensayos clínicos simulados o educar algoritmos para el desarrollo de nuevas técnicas o dispositivos. Y es que, aunque la tecnología permite estudios clínicos sin pacientes, las barreras regulatorias obstaculizan el aprovechamiento total del Big Data en la investigación clínica. La necesidad de un cambio en la percepción del flujo de datos y una mayor flexibilidad en la regulación son imperativos para avanzar en esta dirección.
- Agilizar el proceso de financiación pública de proyectos de investigación, evitando procesos burocráticos lentos que dilatan el avance de la labor de los investigadores.
- Identificar y apoyar a profesionales con vocación de innovación y liderazgo dentro de los hospitales, liberándoles de tareas más burocráticas y permitiéndoles dedicarse a la investigación.
- Seguir fomentando la optimización de recursos mediante flujos de inversión del sector privado al sector público, alentando el patrocinio de ensayos médicos por parte de empresas farmacéuticas. En este sentido, el Hospital Val d’Hebron, líder en ensayos médicos en Europa, ha generado un ahorro de 36 millones de euros en medicamentos en Barcelona en 2021 y más de 100 millones de euros en toda el área metropolitana, permitiendo al sistema sanitario destinar recursos a otras necesidades.
- Promover una cultura de innovación que se centre en la aplicación práctica de dichas ideas y en el cuidado del paciente, garantizando que la investigación vaya más allá de las publicaciones científicas y tenga un impacto real en la atención médica.
Trazando el futuro
Barcelona está demostrando ser un actor clave en el escenario global de la medicina y la farmacia. Sin embargo, también se enfrenta a importantes desafíos, como incrementar la financiación de proyectos en etapas iniciales o el manejo de datos clínicos para la investigación.
En consecuencia, el fortalecimiento de la colaboración público-privada se erige como el reto fundamental al que se enfrenta Barcelona en el futuro, debiendo el papel del Estado trascender la mera inyección de fondos. La creación de un ecosistema donde la investigación, la innovación y la inversión converjan y donde la regulación y el papel del Estado fomente las sinergias, es esencial para asegurar que Barcelona siga siendo un faro de progreso en el sector, tal como lo ha venido demostrando desde el inicio.
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