“Barcelona tiene que tomar su propio camino”, por Daniel Senserrich
Daniel Senserrich Guitart, responsable comercial en la ciudad de Barcelona en Vila Viniteca
¿Qué esperas de la Barcelona del año 2040?
Me gustaría poder contribuir a encontrar una ciudad donde el trabajo y la vida personal sean aún más compatibles y un ecosistema mejor entre los diferentes sectores que conforman la sociedad actual de la ciudad y los que están por llegar.
Debemos hacer mejora en puntos como: la circulación tanto en calles, aeropuerto o puerto, la vivienda, la conciliación familiar, el transporte público y las actividades en la ciudad.
Para ello debemos conseguir que entidades públicas y privadas se entiendan más y trabajen más de la mano en lugar de ponerse trabas y obstáculos entre ellos. La oportunidad está con el cambio de generaciones, donde debemos encontrar ese equilibrio para hacer Barcelona una ciudad aún mejor, con oportunidades tanto para familias y empresas.
Espero poder vivir en una ciudad donde la gente quiera venir y deje de lado toda esa información falsa de mal estar. Solo lograremos esta visión de ciudad si entre todos ponemos de nuestra parte y creemos en ello.
¿Con qué ciudad compararías Barcelona?
Para mí Barcelona no se puede comparar con otras ciudades. Tenemos que tomar nuestro propio camino y hacerlo de la mejor manera. Sí que podemos mirar diferentes aspectos que triunfan en otras ciudades para aplicarlo a Barcelona, pero siempre teniendo en cuenta nuestras condiciones.
Cuando hablas de Barcelona con gente de todo el mundo, siempre ves la cara de sorprendido y de curiosidad. Eso es debido a nuestra historia y éxitos de tantos años que han puesto Barcelona en una posición privilegiada en el mapa.
¿A qué modelo de ciudad crees que debería parecerse Barcelona?
Barcelona debe reencontrar un rumbo en este mar que hemos vivido los últimos años. Tantos cambios y pensamientos de gente que más que hacer grande Barcelona han querido hacerse grandes ellos y para mí eso no es Barcelona.
Tenemos que pensar qué puntos fuertes tenemos y aprovecharlos. Algunos de ellos pueden ser: Nuestra geolocalización, nuestra gastronomía, nuestro clima y nuestros recursos para atraer talento de nivel mundial a trabajar a Barcelona, pero también retenerlo para que se sientan como si llevaran toda la vida aquí.
No debemos entender de fronteras, sino de una globalización bien gestionada.
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