«Copiaría Barcelona si tuviera que diseñar una ciudad ideal», por Ricardo da Silva
Ricardo da Silva, 55 años, casado y con tres hijas. Nació en Argentina y vivió toda su vida en Buenos Aires hasta que hace 4 años decidió instalarse en Barcelona. Es empresario y emprendedor. Fundó y dirige una empresa de servicios de medios y comunicación en Argentina y ha lanzado en España una marca de gastronomía dedicada a I+D, Mudá Plant-Based, que ya es líder en su segmento respaldada por la Guía Michelin.
¿Por qué escogiste Barcelona?
Siempre imaginé que Barcelona podría ser un muy buen lugar para vivir si tuviera que decidir irme de mi ciudad natal. Y con el paso del tiempo, mucho análisis y un gran dolor, decidí dejar Buenos Aires. Fue una decisión muy difícil, pero la elección de la ciudad muy fácil: no conozco mejor lugar. Quería mejorar la calidad de vida de mi familia, buscar un futuro mejor para mis hijas, y apostar por crear valor en un ámbito productivo estable. Barcelona es una ciudad con personalidad, cuna de talento y de una vasta obra cultural.
¿Qué aspectos de la ciudad destacarías como positivos?
Tejido social muy bien constituido. ADN de altísimo carácter emprendedor, genio productivo. Una red de servicios de apoyo a startups. Arte desbordante. Gastronomía de la más alta calidad internacional. Tamaño más que adecuado para vivirla en plenitud. Cosmopolita. Dos mil años de riquísima historia. Ubicación estratégica en España y en Europa. Clima envidiable. Todos los aspectos estructurales de la ciudad son positivos. Si tuviera que diseñar una ciudad ideal, por supuesto sin ser urbanista, copiaría Barcelona.
¿Qué aspectos de la ciudad hay que mejorar? ¿Cómo?
La contaminación, y podemos hacerlo poniendo en valor las distintas posibilidades de movilidad al coche particular. Es triste ver desde Collserola o la Ronda de Dalt la ciudad sumergida en aire impuro. No creo que se solucione solo con carriles bici. Me llama la atención el esfuerzo minucioso que se realiza por separar los residuos en cada vez más alternativas y nadie deja el coche de lunes a viernes.
También hay que mejorar la forma de tratar los delitos de baja gravedad, principalmente para que no se instalen como parte de la “normalidad”, o para que dejen de serlo en determinados barrios de la ciudad. Y principalmente, pero no solo en los negocios, hay que repensar la burocracia para agilizar absolutamente todo.
¿Qué esperas de la Barcelona de los próximos años?
Espero que Barcelona retome el protagonismo de una ciudad que supo superarse a sí misma y crecer. Que la conciencia de los grandes logros de largo plazo que a través de la historia moderna fue colocando a Barcelona en una interesante posición en el escenario global prevalezca y que recobrando una mirada crítica pero constructiva, vuelva a desafiarse a sí misma, a determinarse como la gran ciudad que es y responsable del lugar de vanguardia que debe ocupar, con todos los actores políticos, sociales, culturales, artísticos, empresariales y de todos los ámbitos alineados en ese objetivo. Lo que más espero es que los ciudadanos nativos de esta hermosa ciudad comprendan que es la mejor, y que la quieran y cuiden.
¿Cuál sientes que es tu ciudad? ¿Qué es lo que más echas de menos?
Barcelona es mi ciudad, sin dudas. Es la ciudad en la que mis hijas se están formando y forjando un futuro. Soy consciente de que así es. Me siento muy agradecido de lo que Barcelona me brinda, empezando por su gente maravillosa con todo su afecto y su hospitalidad: ¡es espectacular! Mi corazón es Porteño y siempre será Buenos Aires mi lugar en el mundo y no lo puedo evitar, pero distingo bien entre mi lugar en el mundo y mi ciudad.
De Argentina echo de menos todo lo bueno, que es mucho…Pero trato de enaltecerlo, intento ser el mejor argentino posible, el que mi propio país me dificulta desplegar. Y ese ser argentino brindarlo aquí, para enriquecer con perspectiva distinta, sumar y a la vez aprender a ser un ciudadano de acá. Echo de menos familiares y amigos, pero por suerte lo que extraño se compensa porque disfruto mucho aquí, gano vida, tiempo y buenas vivencias. Contribuyo a la creación de valor en el mundo productivo y trabajo bastante en mis negocios y en nuevos emprendimientos, por lo que a veces no tengo el suficiente tiempo para extrañar todo y a todos los que quiero.
