La búsqueda de la calidad turística
Mónica López
Program Director at WebHelp
Gerard Beltri
Senior Analyst at JLL
Ignasi Puig
Operations Supervisor at Sonder
Resulta clave establecer una estrategia ordenada y personalizada para un turismo de excelencia
Barcelona es una ciudad conocida mundialmente por su encanto turístico. Sin embargo, este reconocimiento no es eterno, cada día hay más competencia. En una sociedad donde cualquier persona con acceso a la red puede generar contenido y promocionar su ciudad favorita, nos preguntamos ¿cómo mantenemos nuestro reconocimiento? ¿cómo podemos destacar sobre nuestra competencia? ¿Cómo influye esto a los residentes en Barcelona?
La clave está en mejorar cada día y ofrecer una experiencia al turista excelente. Conseguir atraer a un turista con un objetivo claro y que satisfaga todas sus necesidades, nos permitirá alcanzar el éxito. Buscamos cubrir las necesidades de todos los públicos, porque todos tienen la curiosidad de conocer esta magnífica ciudad o volver a vivir una experiencia inolvidable en Barcelona. Además, tenemos la ventaja de disponer de hoteles emblemáticos como el Hotel Grand Central en el corazón de la ciudad; de celebrar festivales locales reconocidos internacionalmente como El Cruïlla y de poder visitar museos modernos y contemporáneos como el MOCO Museum. Por no hablar de la increíble historia y arte que alberga esta ciudad.
Sin duda cada día la oferta en la ciudad es más amplia, pero ¿existe una estrategia? Como comentábamos anteriormente, hay mucha competencia entre ciudades europeas, e incluso mundiales. Entonces, ¿cuál es la clave?
Ofrecer un turismo segmentado, ordenado y personalizado debería ser el primer paso. Así como contar con una estrategia sólida y con colaboraciones entre industrias locales e implicadas que acompañen al turista desde que aterriza hasta que se despide de Barcelona, brindando un recorrido extraordinario por todos los rincones de la ciudad.
Nuestro objetivo debe ser el de conseguir la excelencia turística y para ello es imprescindible que todos los engranajes de la ciudad funcionen: desde un buen servicio de transporte, hasta el alojamiento indicado, pasando por actividades personalizadas.
Desgranamos los elementos clave para establecer un turismo de excelencia.
Turismo, engranaje de la economía global
Debemos tener presente que el sector turístico es una industria más de la economía global y que, como tal, en su gestión reside el éxito de su funcionamiento. Vivimos tiempos en los que la gestión plantea un gran reto: cada vez el entorno que nos rodea es más cambiante y dinámico, por lo que pivotar se ha convertido en un requerimiento imprescindible.
Es necesario analizar constantemente las necesidades, capacidades y sinergias de cada uno de los intervinientes para poder asegurar que nuestro engranaje está, no solo funcionando de la manera más eficiente posible, sino también preparado para lo que el futuro probablemente nos depare. Solo así, conseguiremos un sistema equilibrado y sostenible en el tiempo.
Por ello, una correcta gestión del turismo no puede centrarse únicamente en analizar e intentar atraer el perfil de turista deseado, ni tampoco en generar y mantener la oferta que dicho turista demande. Sino que también debe analizar, planificar y hacer prevaler constantemente qué impacto de beneficio aporta el turista y la oferta trabajada para él a Barcelona y a sus habitantes.
Turismo, puerta de entrada para el talento
Barcelona es una ciudad única y debemos tener presente que, mientras se llevaba a cabo una campaña de confrontación con el turismo, visitaban nuestra ciudad muchos de los que a día de hoy hacen de ella un lugar pionero en investigación, tecnología y emprendimiento entre otros muchos otros aspectos. Visitarla como turista, pese a todo lo que queda por recorrer y mejorar mediante la gestión optimizada, generó en algunos decidir que Barcelona era el lugar donde seguir creciendo. Y es que difícilmente podemos imaginarnos viviendo y creciendo en un lugar que no hemos visitado.
Y es que la dependencia de una ciudad al turismo no tiene por qué ser negativa en un contexto en el que las grandes ciudades luchan por atraer empresas, talento e innovación. Viajar es en cierto modo descubrir lugares, culturas y atmósferas, por lo que nuestro potencial turístico será siempre nuestra principal puerta de entrada y escaparate al mundo.
Es por ello por lo que no debe preocuparnos tanto la dependencia del sector en términos de porcentaje directo sobre el producto interior bruto y el miedo a que éste decaiga y nos deje al descubierto, sino el potencial de desarrollo que presenta respecto al resto de motores que conforman nuestro músculo económico y productivo. Dejemos de un lado los confrontamientos generados por problemas sin resolver y focalicémonos en encontrar la solución. Centrémonos en el reto de las sinergias y planteémoslo como lo que puede llegar a ser: una auténtica revolución industrial.
Aprovechemos todo lo ya ganado y las oportunidades de crecer que se nos presentan, recuperando y reconstruyendo la identidad que en el pasado nos posicionó. Adelantémonos también imaginando cuál es el turismo del futuro, sostenible y enriquecedor, de igual manera que se ha hecho con otras industrias que hoy en día lideran para no caer en lo que no se hizo. Y es que el coste de oportunidad, pese a muchas veces pasar desapercibido, puede llegar a ser muy alto.
Barcelona, mucho más que turismo
Esta apuesta por un turista de calidad pasa también por tener unas infraestructuras preparadas. Para ello, es necesario que las decisiones se tomen desde el consenso y lo máximo documentados y preparados posibles, hecho que echamos en falta en el debate de la ampliación del Aeropuerto del Prat.
Otro de los grandes retos pendientes por resolver es la saturación turística del centro de la ciudad. A diario, los vecinos del Eixample conviven con miles de turistas en búsqueda de la excelencia del modernismo, o los de Ciutat Vella comparten el barrio con aquellos que quieren conocer el origen de la ciudad. Para poder descentralizar el turismo en Barcelona se necesita que los barrios más alejados del centro sean competitivos a nivel de oferta turística. La creación de nuevas propuestas turísticas será clave en este proceso.
Una excelente opción para descentralizar las grandes masas de la zona más céntrica es el Bus Turístic. Este permite la movilidad hacia barrios con menos tendencia turística, pero no por eso menos atractivos. En palabras de Jose Adell, CEO del Grupo Julià, ‘la parada de Plaza Cataluña es el punto de inicio del 40% del total de pasajeros’. Por ello, limitar estas rutas y paradas clave como está previsto para los próximos años puede llegar a ser contraproducente.
Proyectemos una estrategia común entre las industrias implicadas y los residentes de la ciudad para conseguir esta calidad turística que Barcelona demanda.
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