La Barcelona de las infraestructuras
Dani Aicart
Senior Strategy Consultant at ALG
Josep Batlle
Senior Architect at Batlle i Roig Arquitectura
Por tierra, mar y aire, Barcelona no puede perder la oportunidad de dotarse de unas infraestructuras de primera línea.
Las ciudades del siglo XXI deben asegurar la conectividad de personas y mercancías mediante una red de infraestructuras moderna, bien diseñada y eficientemente gestionada. Las infraestructuras deben dar respuesta a las necesidades de la urbe, pero también inducir el crecimiento económico y la atracción de talento.
Barcelona cuenta con algunas infraestructuras de primer nivel, pero los retos que afronta no son menores. Durante los últimos años, multitud de organizaciones de la sociedad civil han pedido a las Administraciones Públicas un impulso en este campo. Así, destacan las reivindicaciones de caminar hacia una gestión descentralizada del aeropuerto de El Prat o de revertir el déficit de infraestructuras del Estado en Catalunya, por ejemplo en la red de cercanías, que pese a haber triplicado el número de viajeros en las últimas tres décadas, no ha sufrido intervenciones importantes des de 1975.
Por un lado, la futura Gran Barcelona, metrópoli de 5 millones de habitantes, debe ser capaz de distribuir geográficamente la actividad económica. En este sentido, Ricard Font, presidente de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC), apunta a la conectividad interurbana y a la integración digital tarifaria como los grandes retos a los que se enfrenta la ciudad. Por otro lado, destaca como principal fortaleza del sistema de transporte público barcelonés la integración total de los sistemas de transporte, «una ventaja con la que muchas ciudades globales no cuentan todavía».
Con el objetivo de mejorar la conectividad de algunas de las principales ciudades del área metropolitana entre sí, desde FGC se trabaja en la unión de las líneas del Baix Llobregat y del Vallés, que se espera que esté operativa a finales de esta década. Hasta entonces, potenciar fuertemente la red de autobuses interurbanos podría ser una solución rápida y económica para complementar el actual diseño radial del transporte público.
Menos vehículos en la ciudad
La multimodalidad, no solo de medios de transporte públicos convencionales, sino también de las soluciones más innovadoras como flotas de vehículos compartidos, vehículos de micromovilidad o logística de última milla, es también un aspecto a mejorar. En este sentido, Josep Martinez Vila, CEO de Saba, defiende los aparcamientos subterráneos como centros de servicios de movilidad de personas y mercancías, y proyecta una ciudad «donde solamente estarían en superficie los vehículos en circulación, mientras que el resto estarían estacionados en el subsuelo».
Visiones alternativas proponen la ubicación de intercambiadores de transporte privado y transporte público a las afueras de la metrópoli. En ambos casos, el futuro debería alejar la saturación y traer ciudades más amables y sostenibles, que otorguen un mayor protagonismo al peatón.
Ricard Font y Josep Martinez Vila están de acuerdo en que la flexibilización de los horarios de trabajo, el teletrabajo, y el uso de las horas nocturnas para la entrada de mercancías, debería contribuir a disminuir la saturación en las horas punta, otra de las problemáticas a las que se enfrenta la ciudad.
Una Barcelona conectada al mar
Jorge Moreno, director comercial de Hutchison Ports BEST destaca la importancia del sector marítimo, encargado de transportar el 90% del comercio mundial. Barcelona, con un volumen anual de contenedores de más de 3 millones de TEU, es actualmente el noveno puerto de Europa, todavía muy lejos de los líderes del continente: Rotterdam, Amberes y Hamburgo, que mueven entre 9 y 15 millones de TEU.
Sin embargo, Jorge Moreno apunta que «las grandes infraestructuras portuarias del norte de Europa se encuentran saturadas y esto representa una gran oportunidad para los puertos del Mediterráneo como Barcelona». La posición geográfica de Barcelona representa una ventaja competitiva para erigirse como una de las principales puertas de entrada de las mercancías provenientes de Asia. Para hacerlo realidad, Jorge Moreno destaca «la urgencia de dotar al puerto de unas infraestructuras ferroviarias potentes que permitan distribuir las mercancías por todo el continente, así como la importancia de acelerar las reformas legislativas y culturales que permitan aumentar la actividad durante las horas nocturnas».
El éxito del puerto acarrea una importante externalidad negativa: recientes estudios han estimado que la contaminación producida por los buques multiplica por cinco la que representa todo el parque de vehículos de la ciudad. Con tal de revertir esta situación se están poniendo en marcha iniciativas de electrificación de muelles y terminales. Asimismo, la industria naviera está avanzando hacia un uso de combustibles alternativos.
El enclave de la Zona Franca
Al margen de las infraestructuras de transporte, Pere Navarro, Delegado Especial del Estado en El Consorci de la Zona Franca, destaca la importancia de sus instalaciones como factor de competitividad para Barcelona. Situada en un enclave privilegiado -muy cerca del centro de la ciudad, y a medio camino del puerto y del aeropuerto-, la Zona Franca acoge a centenares de empresas. El Consorci, además de concentrarse en la gestión de estos activos, impulsa proyectos de promoción económica como la recién celebrada Barcelona New Economy Week (BNEW) o la D-Factory, la primera incubadora de empresas relacionadas con la impresión 3D de Europa.
Por tierra, mar y aire, Barcelona no puede perder la oportunidad de dotarse de unas infraestructuras de primera línea que hagan más agradable la vida de sus ciudadanos, y que contribuyan al desarrollo sostenible del área metropolitana.