Visitamos el Sincrotrón ALBA: el acelerador de partículas de Barcelona
Se trata de una infraestructura científica única de tercera generación y la más importante de este tipo en la zona del Mediterráneo.
A apenas media hora en coche de Barcelona, en Cerdanyola del Vallès se encuentra el Sincrotrón ALBA. Seguramente aquellos que no estén vinculados a la ciencia no lo conocerán, pero es una infraestructura de investigación científica de mucha relevancia a la que acuden científicos de toda Europa y del resto del mundo para llevar a cabo sus investigaciones gracias a la tecnología puntera que es el Sincrotrón.
Y, ¿qué es un sincrotrón? es un acelerador de partículas subatómicas, en concreto de electrones, un dispositivo que utiliza campos electromagnéticos para acelerar partículas cargadas a altas velocidades (hacen circular a velocidades próximas a la de la luz),. Estos electrones, al curvar su trayectoria en los anillos del acelerador, emiten radiación llamada luz de sincrotrón. Esta luz, que es muy potente y brillante, se conduce hasta los laboratorios llamados líneas de luz, donde el personal investigador la usa para analizar todo tipo de materiales a nivel atómico y molecular.
Una infraestructura con muchas aplicaciones
Hay varios sincrotrones en el mundo y en Barcelona el que tenemos es el ALBA. Inaugurado en 2010, está gestionado por el Consorcio para la Construcción, Equipamiento y Explotación del Laboratorio de Luz de Sincrotrón (CELLS). ALBA es un complejo de aceleradores de electrones pionero que tiene el objetivo de ofrecer una infraestructura con haces de luz estables y de alta calidad a los científicos que vienen de todo el mundo para realizar sus experimentos allí. Nació con la intención de investigar, aplicar y mantener las metodologías y técnicas para llevar a cabo proyectos de I+D basados en luz de sincrotrón, aportando conocimiento y valor a las comunidades científica e industrial.
¿Y qué se investiga en el Sincrotrón ALBA? El Sincrotrón tiene ocho líneas operativas destinadas a las biociencias, la materia condensada, la nanociencia y las propiedades magnéticas y electrónicas de los materiales. La infraestructura tiene muchas aplicaciones y permite a científicos descubrir nuevas técnicas en ámbitos muy variados: estudio de enfermedades como cáncer o Alzheimer, mejora del proceso de catálisis para disminuir o evitar la contaminación de los motores de combustión, desarrollo de nuevos materiales para construir memorias más pequeñas y potentes, estudio de la composición de los minerales de la Tierra o análisis de antiguas obras de arte para afrontar su restauración o constatar su autenticidad.
“En el Sincrotrón se llevan a cabo investigaciones científicas en áreas aplicadas muy diversas: clima y medioambiente, medicina, física, química e incluso arte.”
El ALBA, aunque es un sincrotrón y consecuentemente forma parte de la familia de los aceleradores circulares, está compuesto por un acelerador lineal y un anillo de propulsión (donde se aceleran los electrones) y uno de almacenamiento (donde se almacenan los electrones y emiten la radiación sincrotrón que se envía a las diferentes líneas de luz).
El Gobierno ha otorgado €4M al Centro Nacional de Biotecnología para que puedan estudiar el Covid-19 en el Sincrotrón ALBA, que puede convertirse en una herramienta clave para poner freno a la pandemia, prestando su tecnología con vistas a lograr una vacuna y desentrañar la estructura molecular del virus y cómo infecta a tejidos sanos.
A futuro
El Sincrotrón ALBA albergará, fruto de la colaboración de entidades como el Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología (ICN2), el Instituto de Biología Molecular de Barcelona (IBMB-CSIC) y con la participación del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), el Barcelona Institute of Science and Technology (BIST), la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), un proyecto relacionado con la instalación de un Microscopio Electrónico de Transmisión con Correctores de Aberraciones Monocromado, un proyecto puntero que permitirá a Barcelona albergar equipamientos de microscopía electrónica avanzada y contribuir a convertirla en un ‘hub’ de excelencia de primer nivel europeo para la colaboración científica. Además, el ALBA está construyendo 3 líneas de luz más y 2 están en fase de diseño.
Esta gran infraestructura científica aloja, desde 2012, a usuarios oficiales procedentes de instituciones españolas e internacionales, atrayendo, potenciando y fomentando el talento internacional y glocal de la ciudad: motivando a jóvenes y experimentados científicos a utilizar nuevas tecnologías y líneas de luz en sus ambiciosos y pioneros proyectos.