Reimaginemos Barcelona, por Marc Guitart

¿Qué destacarías de la gestión que ha hecho de la crisis tu ciudad de residencia?

En la iniciativa privada destacaría la transformación tan ágil en concepto, comunicación y tiempo de los negocios, empresas y organizaciones de la ciudad. Londres ha sufrido mucho el desconcierto general de su clase política y las indecisiones de como proceder y afrontar la crisis sanitaria, pero también es cierto que su tejido social y económico no ha permitido que el miedo paralizara el pulso de la ciudad. En la iniciativa pública, destacaría la comunicación de acciones educativas, sociales y económicas a corto plazo (“London Transition Board”) y las iniciativas de largo plazo (“London Recovery Board”). Éstas últimas, fundamentales, ya que permiten a la iniciativa privada confiar en que hay un plan, una visión y una apuesta para volver a disfrutar de una ciudad segura y atractiva reimaginando Londres.

¿Cómo se ha visto la gestión de Barcelona desde tu ciudad?

La gestión a nivel institucional en Barcelona y en todo el país se está viendo con cierta preocupación y estupor. Destacan especialmente el gran impacto económico que está teniendo esta crisis en el sector turístico, tan importante para Barcelona y popularmente conocida por ello: se trata más de una trascendencia económica en la proyección de la ciudad que no su incidencia social y sanitaria. Se está ahondado en la falta de coordinación y comunicación entre instituciones y en que no hay una comunicación clara, coordinada y definida. En cambio, sí que se resalta el comportamiento impecable de los ciudadanos respondiendo a las recomendaciones sanitarias del riguroso uso de la mascarilla y de adopción de medidas sanitarias de higiene y distanciamiento social. Barcelona mantiene su inercia de buena reputación identitaria.

Propuesta para Barcelona

Barcelona ha demostrado que sabe reinventarse y afrontar los cambios; lo ha hecho siempre y ahora lo volverá a hacer. En el contexto actual de incertidumbre, debemos dotarnos de soluciones público-privadas unitarias, para responder con garantías a esta situación. Como sociedad, debemos entender que la tecnología por sí sola no es comunicación: Barcelona tiene el reto de conectar con sus habitantes (Barcelonins/es) y sus visitantes -que no solo son turistas, sino también inversores-, con un mensaje que nos haga sentir a todos partícipes de un proyecto común, con propósito y creación de valor. Es así como podremos transformar a la ciudad en capital mundial de la industria 4.0. Para conseguirlo, más allá de soluciones a corto plazo, es necesaria una mayor implicación de las instituciones en proyectos de posicionamiento global que nos permitan reimaginar Barcelona.