Barcelona puede ser la capital de la economía de impacto
Pablo Sánchez, director ejecutivo B Lab Spain
¿A qué se dedica B Lab?
B Lab es la fundación global que está transformando la economía para beneficiar a todas las personas, comunidades y el planeta. Se creó en 2006 con la idea de que un tipo diferente de economía no sólo era posible, sino que era necesaria y que eran las empresas quienes debían liderar este cambio. Desde entonces, hemos certificado más de 5.500 empresas en todo el mundo, que son empresas que cumplen con altos estándares de desempeño social y ambiental, rendición de cuentas y transparencia.
Pero hacemos mucho más que eso. Estamos construyendo el Movimiento B Corp para cambiar nuestro sistema económico. Y para hacerlo debemos cambiar las reglas del juego. B Lab crea estándares, políticas, herramientas y programas que modifican el comportamiento, la cultura y la estructura de nuestro sistema económico. Movilizamos a la comunidad B Corp hacia la acción colectiva para abordar los desafíos más críticos de la sociedad.
¿Cuándo se fundó y cuándo empezaste a trabajar en esta entidad?
En 2014 trajimos el movimiento B Corp a España a través de Roots for Sustainability, empresa fundada por Raimon Puigjaner, Pep Tarifa y Pablo Sánchez en el 2010. Posteriormente, en el año 2018, fundamos la fundación B Lab Spain para ampliar el alcance y representatividad del movimiento B Corp en España.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
Sentir que lo que haces tiene un sentido y otras personas lo aprecian. En junio logramos que el Congreso aprobara en España el reconocimiento de las Sociedades de Beneficio e Interés Común, conocidas también como empresas con propósito. Recibimos cientos de mensajes y cada vez que una empresa nos decía «me siento orgullosa de ser B Corp», se nos dibujaba una sonrisa de lado a lado.
¿Y lo que menos?
Darme cuenta de que los cambios que promovemos no van al ritmo deseado. Las urgencias son de tal calibre, que necesitamos avanzar mucho más rápida de lo que lo estamos haciendo. Los hábitos empresariales siguen primando el resultado y es el momento de entender el enorme poder que tenemos las empresas para cambiar y mejorar el mundo.
¿En qué crees que destaca tu empresa?
Hemos sido capaces de crear unos estándares y una marca global reconocidos para identificar a una nueva naturaleza de empresas, las B Corps. También destaca por haber creado una comunidad global que actúa de forma colectiva para promover este nuevo modelo económico orientado a crear beneficios para todos y no sólo para los accionistas.
¿Cuál es su principal reto?
Mantener la credibilidad y reputación de nuestra marca y del movimiento B Corp. Estamos reforzando los estándares para seguir escalando el movimiento B Corp manteniendo su rigor, credibilidad e integridad.
¿Dónde se sitúa tu empresa? ¿Sabes por qué se escogió esta ubicación?
Estamos en el Poble Nou, en la zona del 22@. Tuvimos una buena oportunidad y la zona es actualmente muy dinámica.
¿Qué es lo que más te gusta del barrio en el que trabajas?
El carácter emprendedor e internacional que tiene. Es un barrio que ha sabido transformarse, pasando de un pasado industrial a un presente y futuro tecnológico y de innovación. La cercanía a la playa es un plus.
¿Cómo es de importante Barcelona para vuestra empresa?
Muy importante porque tenemos raíces en la ciudad. Por este motivo, hemos impulsado el proyecto Barcelona+B con la participación del Ayuntamiento de Barcelona, Ferrer y EADA Business School. Con Barcelona+B promovemos una ciudad más próspera, sostenible e inclusiva y queremos impulsar Barcelona como ciudad referente en la transformación empresarial y la contribución a los ODS.
¿Con qué ciudad compararías Barcelona?
Barcelona es única y tiene suficientes ingredientes para ser una de las grandes ciudades del mundo. Su cultura, historia, gastronomía, clima; también su carácter vanguardista y emprendedor; o el tejido social, las infraestructuras educativas y ecosistema de innovación, más su ubicación estratégica en el Mediterráneo la sitúa en una posición privilegiada. Ahora falta recuperar la ambición y el orgullo de ciudad para seguir progresando y hacer una mejor ciudad para las personas y el planeta.
¿A qué modelo de ciudad crees que debería parecerse Barcelona?
Como decía antes, Barcelona tiene suficientes ingredientes para buscar su propio modelo. Ahí debe erradicar su diferencia. No obstante, de las ciudades europeas que conozco, creo que Ámsterdam es una ciudad de la que se puede aprender mucho: una ciudad muy dinámica empresarialmente; capaz de combinar turismo de masas con una alta calidad de vida; muy bien conectada con transporte público con su conurbación, una ciudad caminable y perfecta para ir sobre dos ruedas.
¿Qué buenas prácticas de otras ciudades te gustaría que Barcelona adoptara?
Barcelona podría potenciar la economía de impacto y el emprendimiento como ha hecho Ámsterdam con su programa Impact Amsterdam. Con todos los actores que tiene Barcelona en este ámbito podría convertirse en el Davos de la economía de impacto. También creo que Barcelona podría ser una referencia educativa y de investigación como Boston si hubiera más recursos para atraer y conservar ese talento en la ciudad.
¿Qué le pides a la Barcelona del futuro?
Recuperar la ilusión y la ambición. Cada uno podemos aportar nuestro granito de arena. Nosotros con el proyecto Barcelona+B queremos convertir Barcelona, junto con otros muchos actores, en una ciudad referente de la transformación sostenible.
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